Considerado el plato nacional, tiene su historia. Según cuenta la tradición, su origen se remonta a la época de San Gregorio,
el Iluminador, en el año 301, cuando en cierta ocasión y con el fin de dar a comer a los pobres de un pueblo, envió a unos
campesinos a traer varios corderos para sacrificarlos. Puso la carne en enormes ollas, agregó trigo y lo hirvió por horas.
Pidió a unas jóvenes que revolvieran con cucharones la mezcla constantemente y con fuerza, repitiéndoles en armenio antiguo
"harék-sá" (revuelve esto). De esta expresión derivó el nombre herisá
roast beef. 1 KILO
tapa de asado. 500 GRAMOS
agua. 4 LITROS Y EXTRA, SI HICIERA FALTA
sal, y pimienta blanca. A GUSTO
caldo de carne. 3 CUBITOS
cebolla. 1 KILO
trigo molido. 1 KILO
Lo que lleva la salsa
manteca. 100 GRAMOS
pimentón. A GUSTO
Con un día de anticipación, hervir la carne en 3 litros de agua con sal y los tres cubitos, durante 3 horas, aproximadamente,
hasta poder desmenuzarla con las manos. Retirar la carne y desmenuzar. Reservar el caldo de cocción
Cortar las cebollas bien chiquito, mezclarlas con el trigo y la carne y sumar el caldo de cocción más 1 litro de agua
Golpear la mezcla de carne, trigo y cebolla dentro de la cacerola con el mango de un mortero o con un batidor de alambre
duro hasta obtener una mezcla homogénea
Llevar al fuego y, si hiciera falta, agregar unas cucharadas más de agua. Cocinar lentamente, a fuego bajo, mientras se
machaca. La preparación irá aumentando de tamaño y tomando una consistencia parecida a la del locro criollo. Salpimentar a
gusto (este paso requiere, aproximadamente, 3 horas de cocción)
Para la salsa, derretir la manteca en una sartén u olla pequeña, cuidando de no quemarla. Retirar del fuego, agregar el
pimentón y mezclar: la manteca tomará un color rojizo
Servir el herisá caliente, en platos hondos, y rociado con la salsa de manteca y pimentón.
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